
Yin Yang
Share
El yin yang es mucho más que un símbolo de opuestos; es una representación de la vida misma. Este concepto, profundamente arraigado en la filosofía taoísta, describe una polaridad original que oscila entre extremos, siempre en movimiento, creando todas las expresiones de la materia en un baile eterno.
Una dualidad relativa e interdependiente
El yin y el yang suelen describirse en términos de opuestos: la cara soleada y la cara oscura de una montaña, masculino y femenino, luz y oscuridad, duro y suave, tiempo y espacio.
Sin embargo, esta dualidad no es absoluta, sino relativa al contexto que la define. Un ejemplo muy claro es el día y la noche: el amanecer es yang, lleno de energía y luz, frente a la noche, que es yin, tranquila y oscura. Pero dentro del mismo día, la tarde se vuelve yin al compararla con el mediodía.
En este sentido, el yin y el yang no solo coexisten, sino que son interdependientes. Uno cabe dentro del otro: en el corazón del yin más profundo hay una semilla de yang y en la cima del yang más intenso late un núcleo de yin.
El movimiento como esencia
El yin y el yang no son un estado fijo, sino una danza constante donde materia y energía se transforman sin cesar, vibrando en distintas etapas de densidad. Su movimiento perpetuo genera el universo entero, e invita a fluir con la vida: celebrar los momentos expansivos, como la alegría o el crecimiento, y aprender de los desafíos, como la enfermedad o la insatisfacción.
Expresiones del yin yang
- Contracción / expansión
- Suavidad / dureza
- Espacio / tiempo
- Tierra / cielo
- Pasivo / activo
- Bajo / alto
- Oscuridad / luz
- Manifiesta / inicia
- Exhalación / inhalación
El yin yang nos enseña que la armonía no reside en aferrarse a un extremo, sino en abrazar el flujo entre ellos. Nos invita a soltar la rigidez y a movernos con los cambios, reconociendo que tanto el yin como el yang son necesarios para formar el todo.
Fuentes:
Tahnee Yoga. Tahnee Yoga. Hey Marvelous. Recuperado de https://tahnee-yoga.heymarvelous.com